viernes, 4 de diciembre de 2009

Pensamientos al azar para un dia normal el 4 de diciembre del 2009:


Un perro me ladra desde una casa lejana.
Realmente nadie me conoce ni reconoce.
Los juegos infantiles están desvalorados.
Si las personas aprendieran a estar solas no existirían las despedidas.
De alguna forma el viento me tranquiliza...
Si pudiera conocer a tan sólo una persona real y no perderla...
El ambiente navideño no tiene más amor, paz y alegría que interés de las personas.
Los perros de la calle se pintan precisos en los paisajes desolados.
Ley de mierda, politícos estúpidos...
Realmente existe gente que no piensa.
Sólo un cuadrúpedo disfrutaría tanto a mi lado, mirándome balancear de adelante hacia atrás en una tabla amarillo desteñida colgando de cadenas abandonadas.
Ni la ceguera le quitaría lo prejuisioso al mundo.
Ojalá apareciera el Tomás con una sonrisa y un cigarro en la mano dispuesto a compartir...
Siempre me gusto que un hombre se refiriera a "cigarrillos", a "demora" y prefiero la palabra veloz que cualquier otra.
Me dio un poco de frío, de sueño.
El columpio ya comenzo a marear mi respiración.
Quiero estar en la sobrevalorada playa cn el Pablo, pero no quiero ver a nadie más que al Tomás.
No se donde quiero estar.
Siento la cabeza apresionada e inexplicables lágrima dentro.
Caminaré, pienso que es la mejor cura y solución para el ahogo mental...
Florcitas sobre un poza de agua flotando... que pasa con las que se hunden?
Nunca entendí porque se enojaban tanto cuando pasaba sobre el agua, como tampoco nunca he entendido porque cada ves que voy caminando, siempre esta la calle sola, pero acepto que con la aparición de alguna sombre diferente no me sentiría a gusto...
Nadie valora realmente las cosas silvestres, las flores silvestres (sólo el Pablo, que sus flores favoritas son esas amarillas, aunque eso es maleza, pero igual), las personas silvestres...
Llegar a mi casa de alguna forma no cambia mis cambios...

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